Febrero es temporada de Lamprea, un manjar adorado por muchos pero odiado por otros.
La Lamprea es una clase de pescado sin mandíbula que, por su escasez y preciada calidad, no es fácil de encontrar. Con cuerpo gelatinoso, cilíndrico, sin escamas y muy resbaladizo, el sabor peculiar de la lamprea, un sabor a caballo entre entre pescado y carne, es sólo apto para gourmets y amantes de la cocina de producto.
Impresiona verla por sus tres filas de dientes internas. Aunque mucha gente la confunde con la anguila, se trata de un pez que se alimenta de la sangre de otros. Nace en el río, pasa toda su vida adulta en el mar y vuelven a desovar y a morir en el mismo río en el que ha nacido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario